domingo, 15 de diciembre de 2013

XVIII EDICIÓN DE RELATOS FUNDAMENTALES





Extensión: A gusto del consumidor, pero teniendo en cuenta que es un relato corto.


Método de envío: Cada relato será un comentario en este post.


Fecha límite: Procastinen a voluntad! 



Lectura de los relatos: La identidad de los autores será una incógnita en todo momento hasta que deje de serlo.  Los relatos serán repartidos entre los participantes de forma aleatoria para su lectura, salvo que algún autor prefiera leer el suyo por alguna causa justificada (si es que ésto existe). Cada lector deberá leerse una vez el relato que le ha tocado, antes de proceder a lectura en alto. En esta edición tampoco habrá votación para el mejor, dado que lo más interesante es el debate que se genera a raíz de la lectura de los relatos presentados.


Organización de la siguiente edición:  La elección de la persona que organizará la siguiente edición se realizará mediante un sorteo, y aquel al que le toque tendrá libertad total a la hora de plantearla.


Tema
Se escribirá un relato de estilo y/o temática navideña, en todos sus sentidos y posibles perspectivas.

11 comentarios:

  1. Noche de Reyes

    En la noche de Reyes acabo cansadísima. Hace dos años intenté explicarles a papá y mamá que los Reyes vienen de verdad a nuestra casa. No sé por qué a las demás no y a la nuestra sí. Que les he visto, os lo juro, les dije. Cuando papá y mamá tienen una idea en la cabeza no hay quien se la quite. Y menos yo, que por tener once años en muchas cosas no me creen. En el cole nunca contaría este secreto, no soy tonta. Papá y mamá no me creyeron, se rieron, hicieron chistes. No quisieron que les despertara cuando vinieran los Reyes, y eso que se lo pedí muchas veces por favor. Así que yo tengo un gran trabajo esa noche. Llegan más o menos a las dos, con las túnicas y los camellos y todo eso. Les mando no hacer ruido, los camellos intentan comerse un cacho de roscón que hemos dejado para los reyes de mentira. Yo no se lo dejo comer, les busco otra cosa para que no se note. Los Reyes me hablan, son majos, aunque no contestan las preguntas que les hago. Tengo que esconder el regalo que me traen, para que no lo vean papá y mamá cuando se levanten. Y siempre mirando la puerta de la habitación de papá y mamá, que no se abra, que no se abra, pienso. Me parece que si papá y mamá se levantan a hacer de reyes y se encuentran con los de verdad se pegarían un susto de muerte. Limpio el barro que dejan en el suelo. Intento que no se note que hayan venido. Pero a veces me distraigo un poco acariciando a los camellos, me gustan mucho. Las navidades del curso pasado, dejaron a mamá un pañuelo muy bonito debajo de la almohada. Ella pensó que se lo había comprado yo. Yo hago todo esto para que no se asusten. Pero a veces pienso que, aunque tuviera menos cuidado con los sonidos de los camellos, las charlas de los reyes y todo lo que van dejando o se les cae, papá y mamá seguirían sin creerlo. Tienen sus ideas y no hay quien se las quite.

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  2. No siempre son fechas mágicas, porque algunos echan de menos a los que ya no están
    A veces alguien se pregunta el por qué
    Viñancicos, panderetas, turrones, frutas de Aragón, mazapanes, cotillón…
    Iluminaciones por las calles que acercan el norte al sur
    Dos hermanas que no pueden dormir de la ilusión contenida en la noche de reyes
    A veces alguien no comprende el leit motiv
    Días para acortar distancias y buscar regalos escondidos en zapatos desgastados


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  3. Pero bueno, estamos a 24 de Julio y ¡menudo calor!, hace temblar el horizonte. Y se reían del cambio climático. ¡Ja! Mira Pepe, a mi no me digas esas cosas. ¿Cómo que antes la Navidad se celebraba en diciembre? No te hagas el listo. Luego me vendrás con que el Ratoncito Pérez no se llevaba las pelusas sino dientes. ¡Eso no hay quien se lo crea! Que sí, que te gusta mucho leer sobre el viejo mundo y blablabla. Que si saber de dónde venimos y tal. Mira, que luego te pones a hablar raro y no me queda más remedio que silenciarte. O le doy al mute y me pongo a gritar improperios. Impreperios. ¿Ves qué palabras me haces decir? Qué cojones sabría yo lo que es un impripérido de esos si no te hubiera dado por mirar aquel libro. Quién me mandaría regalártelo las navidades pasadas. "Diccionario de lenguas de la antigua península ibérica" se llamaba. ¿Sabes? Eres un caso de esos raros. Algo debió fallar cuando te trasplantaron el cerebro. Te volviste melancólico, siempre mirando al pasado. Pero yo no sé de esas cosas, no soy informática... La navidad en diciembre... parece un mal chiste. ¿Cómo iban a hacer la cabalgata de reyes con las inundaciones de primavera?

    Mira, Pepe, te lo vuelvo a repetir. Que te vayas a por las uvas sintéticas para las campanadas de esta noche, que es nochebuena. Que ya tengo el pavo de tofu en el horno y el alcohol de 96 en la nevera. Y los niños no tardarán en llegar. Anda, quítate el usb de la cabeza de una vez y baja. Me da igual lo que hicieran los antiguos. Nosotros vamos a cantar villancicos alrededor de la piscina como todos los años, el 24 de Julio, y a tirar las uvas para ver como explotan mientras pedimos deseos. Eso es Pepe, como niños. La tradición es la tradición... Y no te hagas el tonto que ya he visto que tienes un regalo escondido bajo la carcasa... ¡Ay, tú lo que quieres es que juguemos a la navidad dos veces al año! Que lo que te gusta es disfrazarte de papá coca-cola y cabalgar sobre renos imaginarios repartiendo regalos a los niños.... ¿lo ves? ¿Ves cómo te sonríes? Esa es la chispa que me gusta detectar en tus circuitos. Cada vez que digo "niños" se te encienden las luces de colores, y pareces tener 5 años otra vez. Eres tú, ¿lo sabes? Eres el puro y parpadeante espíritu de la navidad.

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  4. Extraordinario corazón,
    dulce reposar,
    apóstata vejez,
    voz de realidad.

    Luz cegadora,
    sutil fantasía,
    espesa pantomima,
    cruel celosía.

    Bondad inflamada,
    ácida parodia
    lógica escondida,
    esquiva escapatoria

    El ciclo clausura,
    una nueva vuelta,
    la navidad nos deja
    una tragedia griega.

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  5. PLANETA SLURM. AÑO 3025 (parte 1)
    -Señor, tuvimos que abortar la misión a 7 de enero. Uno de los miembros del equipo fue arrollado por un grupo de humanos de avanzada edad que corrían porque se abrieron las puertas de un establecimiento. Los sucesos ocurrieron a las 9 de la mañana aproximadamente.
    El presidente no daba crédito.
    -¿Qué?
    -En el planeta Tierra lo llaman “jubilados”. Cuando los humanos se hacen mayores, algunos aprovechan que no van a eso que llaman “trabajo”, “curro”… para ir a ver cómo construyen edificios o para ir a algo llamado “Corte Inglés”.
    -¿Me quieres decir que uno de los efectivos ha sido gravemente dañado por una horda de humanos de avanzada edad?
    -Sí.
    -La misión era descubrir qué es aquello que los humanos llaman “Navidad”. He oído hablar del espíritu navideño. Veo a los slurmtienses muy decaídos. Creo que algo de eso podría venirnos bien.
    -A ver por dónde empiezo. Se celebra el nacimiento de un niño.
    -¿Ese niño tiene superpoderes?
    -Es una historia un poco complicada, pero ese niño es especial. Y la noche de ese nacimiento fueron a verle unos humanos montados en unos camellos que le llevaron regalos. Lo llaman “Reyes Magos”. Estos Reyes Magos reparten regalos a todos los niños de la Tierra en una sola noche.
    -Vaya, eso debe de suponer un enorme gasto energético. Lo hacen montados en una XPZ2003?
    -No, señor, van en camellos.
    -Aquí usamos esa palabra para referirnos a la gente que trafica con drogas
    -Sí, la palabra es “camello”. Allí es una especie de caballo con jorobas.
    -Qué avanzados están si tienen amaestrados animales. Cómo se nota que van por el año 3025 de su era. Creo que aquí podremos copiarlo con XPZ2003.
    -Otra opción es copiar a Papá Noel. Reparte regalos por toda la Tierra montado en un trineo tirado por renos.
    -Curioso. Prosigue.
    -Los humanos están enloquecidos por una cosa que llaman “dinero”. Con eso en Navidad compran una cosa que llaman comida. Gastan mucho dinero en eso. Una buena manera de conseguir mucho de eso es comprar unos papeles que llaman lotería.

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  6. PLANETA SLURM (PARTE 2)
    -¿Lotería? No entiendo nada.
    -Lo fuimos a preguntar en un sitio que se llamaba algo así como “Doña Manolita” pero no nos dimos cuenta de que había cola y sin querer nos colamos.
    -¿Cola? Aquí eso es una palabra malsonante.
    -Los humanos se ordenan cuando van a los sitios. Y si uno no espera su turno los demás se hablan muy alto y le llaman cosas que suenan mal. Hay que hacer cola también en los autobuses. Allí no hay XPZ2003. Van con “coches”, y hay normas. Si trasgredes la norma te dan un papel que llaman “multa”.
    -Cuánto papel gastan. Luego dirán que se deforestan. Estábamos en la lotería.
    -Ahí puedes conseguir mucho “dinero”, muchos papeles. Aunque unos cuantos se los queda Hacienda.
    -¿Qué es Hacienda?
    -Es un poco como el Coco que decimos aquí que va a venir cuando queremos asustar a los pequeños slurmtienses, sólo que allí les da miedo también a los humanos adultos y parece que debe de existir. Dicen que son todos son Hacienda. Pero eso no lo entendí.
    -Es obvio. ¿Qué más?
    -Uno de los slurmtieneses que fue al hospital a investigar el funcionamiento descubrió que la gente come hasta reventar esos días. Se reúnen con gente de parecido material genético. Dicen que es muy importante reunirse aunque algunos tenían cara de no gustarles. Como la cara que ponen cuando te cuelas en una cola. Otros dicen que sí que les gusta…
    -¿Pero dónde esté el espíritu navideño?
    - Dicen que está en la sonrisa de los humanos jóvenes, los “niños”. Íbamos a traer uno de muestra, pero a lo mejor le echaban de menos los de parecido material genético. No queremos generar un conflicto ahora que las relaciones con la Tierra son civilizadas. Y la misión se abortó con lo de las “rebajas”.
    -Pues tendremos que volver. Operación Rebajas. Ahí estará la respuesta.
    -¡Operación Rebajas! Exacto. Es el lema de “El Corte Inglés”.
    - Pero otro día lo pensamos. ¿Y todo el planeta se paraliza por ello?
    -Sí. Hasta los “jefes” de los “curros” dejan salir antes a los empleados esos días.
    -Es curioso. Otro día seguimos.
    Y el presidente y el jefe de la Operación Navidad se retiraron, presurosos. Era la fiesta de Diosa Slurm y había que ir corriendo a por las gangas de última hora y cenar con la familia.


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  7. En la familia Pérez Santolaya se espera la navidad con expectación. No por la cena, ni por la reunión familiar que pueden hacerlo en otras ocasiones, sino por los regalos.

    El padre Pérez acostumbra a hacer regalos solo cuando ve algo casualmente, que le recuerda a alguna persona en particular. En ese momento, da igual la fecha o el motivo, desea hacer un regalo y lo hace. Esto puede no pasar en una buena temporada, así que con él nunca se sabe en navidad.
    La madre Santolaya no es muy buena pensando regalos. Empieza proponiéndose dar uno a cada uno, pero a la hora de la verdad duda todo el rato entre las opciones, y finalmente concluye que para gastar el dinero a lo tonto, mejor que cada uno se compre lo que de verdad quiera o necesite. A ella lo que le gusta es hacer tartas y pasteles riquísimos, que eso si sabe que va a gustar a todo el mundo.
    El hijo mayor compra regalos siempre. Sus padres no siempre son fiables en ese terreno y alguien tiene que hacerlo, porque todo el mundo hace regalos en navidad. Dedica mucho tiempo a pensarlos y a buscarlos. Tiene dinero, así que eso no es un problema, el reto es encontrar el regalo adecuado para cada cual, un año tras otro. Tiene que ser bonito y representativo, que deje huella.
    El hijo menor también compra regalos. No quiere gastarse mucho dinero así que suele contribuir a los de su hermano con detallitos graciosos o incluso hechos por él mismo. Oyó hace tiempo que con los regalos, lo que cuenta es la intención, y desde entonces quiere que su intención quede clara, así que nunca duda en hacer un regalo, sea lo que sea. Además le divierte enormemente envolverlos en papeles brillantes, esconderlos por la casa y repartirlos en un momento inesperado para todos.

    El padre Pérez disfruta haciendo regalos cuando le apetece, la madre Santolaya se recrea con recetas culinarias deliciosas y sofisticadas, el hijo mayor se infla orgulloso ante sus regalos y el menor se lo pasa en grande con el ritual. ¿Quién renunciaría al placer que supone hacer regalos?

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  8. Suena el Jingle Bells en el Café Madrid. Siempre me gustó este rincón de la calle Belén, al lado de Alonso Martínez. Su ambientación antigua y su iluminación con velas producen una agradable sensación de comodidad y refugio… Poco refugio en realidad contra las balas de Gómez y compañía. Por suerte aquella vez llevaba el chaleco de keblar reforzado.
    Mientras sigue sonando el falso villancico, porque originariamente nunca lo fue, disfruto de mi café italiano bien cargado. Hay niebla muy densa afuera, en la calle. Desde mi sitio, puedo ver sin torcer el cuello la puerta de entrada al garito, la barra del bar y el pasillo que conduce a los baños, donde en el de señoras hay un ventanuco que permite una huida rápida a través de patios interiores hasta la calle Regueros.
    Conozco a Julián, el dueño, desde hace veinte años. Hoy, mientras le veo colocar adornos navideños, me siento especialmente inquieto. Será porque con esta luz, las cicatrices que lleva en la cara resaltan más de lo habitual. Desde el intercambio de opiniones con Gómez y sus matones en el 94 nos recuerdan con crueldad e indiferencia que hay que estar preparado. Al final resultó que mi automática llevaba razón, pero Julián se llevó la propina igualmente.
    En la esquina de San Lucas con Góngora, guardo un M-16 con un par de cargadores en el respiradero de un trastero. Me gusta recordar siempre las salidas y las opciones de los sitios a los que voy.
    Por fin entra El Motxo, mi confidente. Un ciego con la vista muy aguda. Entra con cierta prisa, mirando en todas direcciones mientras finge chocar con una silla.
    - Te veo bien, Motxo. – Le digo.
    - Yo a usted también Senador…
    - Dime: ¿de qué hablan las esquinas, las paredes y los rincones?
    - A penas sí he podido escuchar algo… el ruido de mis tripas lo tapaba todo…
    - ¡Julián! Sírvele una de oreja a este pájaro, que me parece que es su última cena…
    - Espera, espera, no te impacientes… nada más mencionar la comida la mente se me ilumina y ya empiezo a recordar algo…
    - ¡Desembucha!
    - Pues parece que esta Noche Buena Papá Noel va a venir cargado de seguros de acciones envenenados de Sant Pol S.A., no me preguntes cómo me he enterado.
    - ¿A quien van dirigidas las ventas?
    - A los accionistas mayoritarios.
    - Eso no tiene ningún sentido…
    - Hay más Senador. Un tal Hurtado anda preguntando por ti…
    - ¿Y qué quiere saber? ¿Si voy a cenar solo en Navidad?
    - Es bueno… mucho ojo… le cogí porque para enterarse de detalles personales suyos, ¡estaba usando un ardid que inventé yo!
    - Lo inventaste tú eh?... Bueno ¿y pudiste enterarte para quien trabajaba? Con alguno de tus ardides, digo…
    - Menos cachondeo, que con esto me la juego mucho… Sólo sé que conoce a alguien de Varix Corporation, pero no sé si son ellos quienes le pagan.
    - Mmmmhh… no importa, si tienes contactos con la filial de Sant Pol, no estás limpio…
    La conversación con El Motxo me da alguna idea… tengo que hablar con Karel de todo esto. Si no fuese… ¡Agh! ¡Mierda! Tengo una mala vibración… es del móvil. Y es Lidia… creo que no le va a gustar nada que la deje plantada el 24…
    ¡Julián! Deberías saber que eso NO es un villancico… ¡y es la segunda vez que suena hoy!

    Oh, jingle bells, jingle bells
    Jingle all the way
    Oh, what fun it is to ride
    In a one horse open sleigh

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  9. Lápices de colores 1

    No sabía qué golpe se había dado en la cabeza su padre, pero ir a pasar las navidades a Camporrendo ¡no era normal! Había estado todo el viaje del coche sin apenas pronunciar palabra y pensaba mantenerse en huelga de cháchara toda la noche en señal de protesta. Vale que tuviesen que ir en verano, pero ahora! Si ni si quiera había calefacción, como se había quejado su madre. Pero esas navidades no parecía que su padre fuese a entrar en razón; cogeremos leña y prenderemos la chimenea, será divertido, había dicho. Su hermano con ojos lastimeros pregunto por donde entraría papa Noel, y por un momento vió flaquear a su padre, pero al momento se repuso e invento una estúpida historia de los papa noeles de montaña y como entraban por las ventanas.
    Daniela estaba convencida que lo hacía para que no saliese en Nochevieja. Se había portado bien, había sacado unas excelentes notas, y aún así su padre “porque él lo decía” había decidió ir a pasar la Nochevieja al pueblo de la abuela donde ya apenas vivían 4 familias en invierno. Sabía que no le gustaba nada que saliese con ese chico, y pensaba que secretamente su padre quería alejarla de él y de sus amigos. Estaba obsesionado con el botellón! Claro que bebía pero nunca había llegado mal a casa y le molestaba toda esa suspicacia, ¡era una de las mejores alumnas de la clase, qué más quería!
    Pasaron a recoger a su abuela a casa y bajó con su abrigo de astracán de las grandes ocasiones y unos zapatitos de tacón de los cuales sobresalían sus gorditos pies, y que le terminarían haciendo daño como cada año. Había ido a la peluquería y traía entre las manos 2 paquetes que no soltó en todo el viaje.
    Cuando llegaron la entrada estaba cubierta de nieve, y su padre dijo que todos tendrían que coger palas y ayudar para que la abuela pudiese pasar. Su hermano daba saltitos de alegría, estaba ansioso por salir ¡BUFFF!, sabía que como aliado flaquearía tarde o temprano, era tan fácil de contentar,… Su madre aún permanecía en silenciosa resignación pero cuando su padre lanzo esa bola contra el cristal y su hermano lanzo otra a su padre, que termino en el suelo, rompió a reírse y salió para rescatar a su padre de la profunda huella de nieve y los 3 terminaron tirados haciendo ángeles ¡BUUUFFFFF! Daniela cada vez se cabreaba más ¡qué tenían 3 años?.

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  10. Lápices de colores 2

    Permaneció sentada en el coche mirando hacia otro lado mientras oía las risas fuera, de su hermano y sus padres, mientras recogían la nieve.
    Cuando entraron en casa se fue directa a la habitación y se tiro en la cama con la música puesta lo más alta posible. A mediodía su madre entro en la habitación y le pidió que por favor hiciera un esfuerzo porque aquello era importante para su abuela y su padre. Se levanto para comer, pero permaneció seria. No quería enfadarse pero le molestaban las bromas que su padre hacía. Y qué pasaba con ella? ¿Nadie podía entender que también era importante para ella salir por primera vez en Nochevieja?
    Por la noche pusieron las velas y el mantel de cada Navidad, su padre y su tía recordaban viejas historias. Su abuela permanecía callada en la cabecera, parecía estar en huelga de cháchara también aunque sus ojos vidriosos delatan su estado. Era la primera Navidad que celebraban sin su abuelo y cuando su padre conto por enésima vez el chiste del francés que el abuelo siempre contaba todos se quedaron un poco triste. Daniela decididió hacer el esfuerzo aunque fuese por su abuela.
    A la mañana siguiente cuando se despertó escucho a su hermano gritar emocionado con el nuevo escalextri . Su padre se acerco a la habitación y en la cama le entrego el paquete que su abuela llevaba en el regazo la mañana anterior
    - Era del abuelo y me gustaría que tu lo tuviese, a él le gustaría.
    Lo abrió con demora y culpa, podía ver la expresión de emoción en los ojos de su padre. La vieja caja de lápices de colores estaba bajo el papel. Cuántas veces había pedido pintar con ellos, y nunca se los habían dejado. Su padre le conto aquella mañana la vieja historia de aquellos reyes de hace más de 80 años, en la que su bisabuela en medio de la miseria y el hambre había regalado a su abuelo aquella caja de lápices de colores. Aún podía ver la cara de ilusión de su abuelo al recordarlo, y se arrepentía de todas aquellas veces que había preguntado ¿pero abuelo si eran sólo lápices? Y su abuelo respondía invariablemente ¡pero eran de colores y estaban nuevos!. Se abrazo a su padre y pasaron el resto del día haciendo muñecos de nieve en el jardín.
    Cuando llego al instituto al lunes siguientes, todo el mundo le hablo de la gran noche que se había perdido pero lo que ninguna de sus amigas entendió fue que dijese que prefirió quedarse jugando con sus lápices de colores.

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  11. El Almendro.

    Los que nunca habéis vivido fuera no podéis comprender el verdadero significado de volver. Volver es una palabra cuyos múltiples significados varían con el lugar y cambian con el tiempo. En el avión, volver es ver el secarral salpicado de encinas típico de la meseta. En el aeropuerto, ver cómo tu madre logra contener una lágrima y que tu padre está más viejo. En tu calle, las hojas secas por el suelo y el saludo del kioskero de toda la vida. En casa volver significa sentir que todo está en su sitio, esa silla de la entrada, esa radio de la cocina. Tu cuarto también sigue igual y allí volver es vestirse con la ropa de una maleta. Por la tarde, volver significa pasear por el barrio al que amas y encontrarse con los amigos para tomar una caña. Volver también es un reencuentro con alguien a quien querías ver pero a quién ya nunca verás como antes. En la cama, volver es extrañarse por lo pequeño que es el colchón de 90cm que has usado toda la vida. Pero para que el significado de volver esté completo, aun falta el ingrediente más sorprendente, ese que te recuerda que estás viviendo lejos de casa. Rodeado de tantas cosas familiares no te puedes creer que al cerrar los ojos echas de menos algún pedazo de tu nueva vida allá.

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