viernes, 30 de mayo de 2014

XXIII Edición de relatos fundamentales






TemaEn esta edición se plantea el relato en torno al tema de: EL ENGAÑO

Extensión: Los relatos tendrán un máximo de 600 palabras

Método de envío: Cada relato será un comentario anónimo en este post.

Fecha límite: Se pueden enviar relatos hasta el 21 de Junio, día de la cena (negociable en función de interés general)

Lectura de los relatos: La identidad de los autores será una incógnita en todo momento hasta que deje de serlo. Los relatos serán repartidos entre los participantes de forma aleatoria para su lectura, salvo que algún autor prefiera leer el suyo por alguna causa justificada. Se recomienda una lectura personal antes de la lectura en alto y se agradece respetar la redacción original del relato hasta el final del mismo

 

Organización de la siguiente edición: La elección de la persona que organizará la siguiente edición se realizará mediante un sorteo, y aquel al que le toque tendrá libertad total a la hora de plantearla.

12 comentarios:

  1. El que dice una mentira no se da cuenta del trabajo que emprende, pues tiene que inventar otras mil para sostener la primera....

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  2. Engaño.
    Cuatro sílabas
    de una palabra fundamental
    para que el mundo pueda
    seguir su curso.
    Cuatro apartados
    de un pacto para la convivencia,
    incluso quizá
    para la supervivencia.
    Cuatro pilares
    donde se asienta la civilización.
    Cuatro sílabas necesarias,
    imprescindibles,
    para que todo funcione como es debido.
    Para que mañana
    siga saliendo café de la cafetera,
    tostanto el pan la tostadora
    y siga habiendo leche en la nevera.
    Cuatro golpes de voz
    como cuatro escudos
    para cuando la verdad contradiga
    la dictadura de la lógica
    y no permita librarnos de la inquietud
    que da la duda.
    Cuatro símbolos
    a los que idolatrar en mitad del desierto,
    donde podamos buscar
    sosiego ante el abismo.
    Cuatro flechas
    señalando el camino,
    facilitándonos la vida cotidiana,
    al llenarla de sentido.
    Cuatro bocanadas de aire
    para poder olvidar
    todo aquello que incomoda,
    para obtener el confort
    nuestro de cada día.
    Cuatro sílabas,
    cuatro:
    en-ga-ño.
    Cuatro son.

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  3. Se dejó caer por la misma calle. Pero esta vez hacía calor. Un calor que subía por el asfalto, y le recorría las entrañas. La esperanza palpitaba en sus ojos. Una ligera brisa le removió la falda. Apretó los billetes arrugados que guardaba en la mano izquierda, mientras notó que una gota de sudor se deslizaba de la frente a barbilla, como queriendo dibujar sus temblorosas facciones. Como delatando la abstinencia que la invadía.

    Buscaba magia, traspasar fronteras. Buscaba deshacerse de los engaños. La fantasía es lo que nos protege de la realidad, se dijo. Buscaba olvidarse del vacío, rellenar los huecos. Buscaba al trilero, al creador de ilusiones. Al mago de Oz, que te otorga el poder de descubrir lo que ya tienes dentro. Y le pareció que su cuerpo la arrastraba ajena a su conciencia. Le pareció que era su conciencia la que arrastraba su cuerpo.

    Se plantó con un suspiro delante del número 53. Por unos instantes se arrepintió de haber robado el dinero del bolso de su madre. En los instantes siguientes, esperó haber cogido la cantidad suficiente. Miró los arrugados billetes contenidos en su mano sudorosa. Y decidida abrió la puerta.

    Allí estaba al fin. Este era un momento importante. Cogió aire, como si pudiera aspirar todas las letras que allí vivían, absorverlas y guardarlas dentro. Se lanzó a los pasillos de la librería y acarició los libros a su paso. Inspeccionó cuidadosa multitud de ejemplares, buscando a su nuevo amante. Leía siempre la última frase, esperando que la atrapara. Y así lo encontró. Sentada en el pasillo, se abrazó al libro, dispuesta a dejar que la engañara. Dispuesta a gastar las próximas horas buceando en la mentira de vivir aventuras ajenas.

    Al ir a pagar, no pudo evitar preguntarse, ¿no sería más honesto ese mundo de ficción?, ¿no era preferible huir del engaño disfrazado de realidad? Y se abrazó de nuevo al libro mientras se desprendía, con una sonrisa, de los arrugados billetes sudorosos.

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  4. A los diez años de casados, él estaba convencido que ese matrimonio no funcionaría. Pero con dos niñas pequeñas tenía miedo que su vida se fuera al traste, que su madre moriría si uno de sus hijos se divorciaba, eso no estaba contemplado en las sagradas escrituras, Dios bendito. Las niñas sufrirían, él se quedaría solo en el mundo. Así que aguantó, se dijo que cuando crecieran sus niñas seguro que las cosas cambiarían a mejor, que disfrutaría más el estar con su mujer.

    Pasaron los años casi sin darse ni cuenta, en el año 14 de matrimonio, tuvo una aventura con una colega del curro. Un aquí te pillo, aquí te mato, en la oficina, sobre el escritorio de su despacho, algo muy estilo película de Hollywood, él quiso seguir el romance ocasional, le gustó la sensación adrenalínica que siguió al primer encuentro furtivo…pero ella no quiso seguirla, es más, pidió el traslado a otra oficina. Y se acabó.

    Pero ese fue el punto de quiebre, se abrió la veda, se abrieron las compuertas de la represa de su ser. De allí en adelante mantuvo varias relaciones paralelas a su matrimonio. Estaba seguro que nadie se daría cuenta nunca si lo mantenía todo como siempre, es decir, siendo el padre perfecto, el marido cariñoso y detallista, la persona respetable en la oficina. Tenía todo montado para que todo siguiera así durante el resto de su vida.

    Cuando renovaron los votos matrimoniales en la iglesia, ya habían cumplido 30 años de casados. La fiesta que organizaron fue comentada durante meses en su círculo social, estaba demostrado que había llegado al cénit del éxito. Y siguió con la farsa, ese plan que le daba vida dentro de su vida. Se las había ingeniado para tener una segunda mujer en otra ciudad, ya tenía otro hijo con ella, un niño al que adoraba. Amén de todas las otras que se cruzaban momentáneamente, se volvió un depredador, se sentía el león victorioso en la jungla de cristal de su vida.

    Ninguna de mujeres sospechaba que formaba parte de un engaño.
    Hasta que el destino torció todo en un segundo.
    Su mundo se vino abajo en unas vacaciones con la familia número 1. Estando en Copenhague, lejos de la familia número 2, habiendo tomado las precauciones debidas respecto a tomar distancia geográfica sobretodo en vacaciones. De pronto un niño se le acerca corriendo gritando a todo pulmón: Papáaaaa! Papaítooo! Qué lindo encontrarte aquí! Sabía que vendrías con nosotros al final!
    Acto seguido un silencio, todo daba vueltas en cámara lenta, el niño ya encima de él aferrado a su cuello. Sus hijas y su esposa con caras de sorpresa.
    Y de pronto la ve a ella, la madre del pequeño, abrazada a otro, de la mano de otro.
    El engaño dentro del engaño.

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  5. Engaño
    Dicen que el amor es el gran engaño. Yo siempre ha presumido de ser un gran cínico y he defendido está teoría a ultranza. Muy a mi pesar últimamente se tambalea. Algo has tenido que ver tú, algo he tenido que ver yo y algo ha tenido que ver el maldito constructivismo.
    Para sostener que el amor es un gran engaño, has de asumir un primer axioma: el amor y el engaño existen. Si el amor no existe, creer que es un gran engaño, es falso, no puede ser mentira aquello que no existe, ya que no es. Por otro lado si el engaño no existe, el amor no puede medirse en criterios de veracidad o falsedad. Fue en este punto donde empezó toda tu argumentación. Aún recuerdo el café donde hablamos de esto. Tú eras una intrusa en un grupo de físicos, o una amiga de un amigo como lo quieras llamar. Al principio me sorprendió tu ingenuidad.
    Recuerdo como apelabas a la teoría de la relatividad, a los experimentos en microbiología, a Maturana ¡con que pasión hablabas!, la realidad objetiva no existe, decías, la percepción del mundo depende del observador, solo se puede conocer a través de ti, a través de mí,…
    A esas alturas del partido tus grandes ojos avellanas me habían convencido, no necesitada ni datos, ni dobles ciegos. Pero tú continuabas: el engaño no es posible ya que para eso ha de haber una verdad objetiva, y el amor no es objetivo. El amor es particular, es personal, es escrupuloso, es atrevido, es fugaz, es pudoroso,…el amor es. Para que tú te enamores de mi has de creer que existo, que puedes quererme, que puedo quererte, que puedes sentir, no valoraras si es cierto o no, no te cuestionaras si existo, porque las tripas no se cuestionan se viven. Tienes o no tienes hambre, te duele o no te duele, pero no te preguntas ¡anda tengo un ligero dolor en el abdomen, a ver si va a ser hambre!
    Los demás se habían apartado y yo hacía rato que había dejado de escucharte, te miraba embelesado en el movimiento de tu boca, la mueca de tus ojos al reír, el brillo de tus ojos,.. No habían falta más razonamientos: tú eras la prueba objetiva, real, tangible, espectacular de que el amor existe y que es un el mayor engaño,… Pero maldita sea! que le den a Eisten, a Maturana y las bacterias si tengo que hacerme constructivista para quedarme el resto de mi vida contigo pues ¡viva el relativismo!

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  6. 1.
    ¿Informe de derivación?,- preguntaba una mujer de mediana edad sin levantar la vista del ordenador.
    Yo... yo... no sé qué hago aquí, la verdad. ¡Sólo le dije a mi mocoso que la cuchara era un avión!,- masculló un joven nervioso.- Tenía que hacerlo... No comía ni patrás...
    Ya, ya... Mire, a mí me da igual, sólo se lo tengo que sellar e indicarle la ventanilla que le corresponde.- Continuaba sin apartar la vista de la pantalla.
    Pero, pero, ¡qué me va a pasar!
    Qué pesado,- murmuró cambiando la dirección y la intensidad de su mirada.- Mire, que yo sólo, escuche bien, sólo pon-go el se-llo,- replicó poniéndo énfasis en cada sílaba.- ¿Entiende?.- El joven entrega a regañadientes el papel requerido. - Ya nos vamos entendiendo.- "Clack", impacta el sello en el documento, los ojos vuelven a posarse en el computador. - Pase a ventanilla 3, "pequeñas mentiras barra mentiras piadosas". Allí le informarán de la cuantía de su sanción y forma de pago.

    Cabizbajo el joven padre se puso en la cola de la ventanilla, detrás de un individuo que, en un acto desesperado, le había dicho a su novia que el octavo vestido que se probaba le quedaba perfecto, a pesar de que le marcaba hasta el último defecto, para no perder la reserva del restaurante.

    2.

    Ding dong ding
    "Atención. El Ministerio de la verdad informa: entra en vigor la Ley Orgánica de la Sinceridad Total 2.0 (LOST). (algún graciosillo dice por lo bajini: from lost to the river... y tan agusto se queda). Absténganse de engañar, ya sea en formato verbal, visual o similar, en todo el recinto. Consulten las excepciones y las sanciones en el boletín oficial. Aquellos cuyas profesiones incluyan de forma ineludible el engaño, como por ejemplo: magos/ilusionistas, actores, publicistas o políticos; acudan a su edificio de referencia."
    Ding Dong Ding
    3.

    Hmmmm, ya se lo veía en la cara... Vaya a la ventanilla número 8, "infidelidades amorosas". ¿Ve aquella fila tan larga a la derecha? Sí, allí es. ¡Siguiente! ¿Informe de derivación?
    Pueeees...- mientras alargaba la vocal, una mujer se apresuraba a buscar en su bolso el dichoso papel. - Creo que ha debido haber un error, - seguía buscando en su bolso.- Yo no he mentido a nadie señora...
    Señorita,- la corrigió con desdén desde el absorvente ordenador.
    Sí, vale, señorita. Pues como le iba diciendo, que a mi me han mentido, ¡yo no he mentido a nadie! - sacó enfadada el informe.
    Hmmmm déjeme ver... hmmmm...- dos hmmm más tarde...- Ya veo, aquí dice que esperaba usted que él cambiara.
    ¿Y qué? - Volvió a resonar el clack del sello.
    Dirígase a la ventanilla del "autoengaño", la número 1, allí le informaran de a cuanto asciende su sanción.

    Así, la mujer, contrariada, traspasó el anuncio de "Cínicos sin fronteras" y la abundante cola de la ventanilla dos, la destinada a las "estafas y desfalcos". Se paró en la de la ventanilla uno confundida, en medio del eco de un mar de murmuraciones entre dientes: "pero si yo sí que iba a empezar la dieta este lunes, ¡este sí!", "yo pensaba que ya lo había superado, ¡quienes se creen los del ministerio!", "juraría que votar por Change.org ayudaría a hacer un mundo mejor...".

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  7. Mira Claudia, ¿ves aquella estrella de allí? Es un planeta en realidad ¿Tu sabes como se llega a formar un planeta? Es una cosa muy curiosa. Todos los planetas del universo en realidad son muchas personas juntas. Son grupos de personas que en algún momento sintieron que estaban tan a gusto, y que estaban viviendo algo tan bonito, que el deseo de compartirlo, en la más estrecha de las conexiones (y esto ya lo sabrás por tu madre) les llevó a querer dejar de ser seres humanos individuales, para ser algo más grande durante un instante.

    Recuerdo cuando era pequeño, en la boda de tus padres, que había allí un grupo de jóvenes celebrando el acontecimiento, y cuándo sonaban algunas canciones saltaban y se empujaban unos a otros como locos, chocándose indiscriminadamente. Bailaban sin mirar, a la deriva, pero todos orbitando entre sí, como si estuvieran bajo el influjo de una fuerza centrípeta que les empujara hacia un mismo centro. Yo pensaba que estaban borrachos, pero luego vi con mis propios ojos lo que estaba pasando.

    Al parecer, la alegría de estar allí era tanta, y el cariño en los ojos de tu madre y la sonrisa de tu padre eran tan grandes, que en algún momento pensaron que eran todos la misma cosa, y para comprobarlo, quisieron salir de sus cuerpos para disolverse unos con otros. Así que al ritmo de una canción, comenzaron a tocarse, y luego a chocarse, y a rebotar. Por el efecto de los golpes, su piel comenzó a hacerse cada vez más fina, hasta desaparecer, lo que hizo posible que las moléculas de unos y otros, entraran en contacto, generando por cierto, un montón de luz y calor. Los cuerpos fueron perdiendo sus formas humanas, y la materia que quedaba tenía tanta densidad y energía, que atrajo hacia sí todo lo demás, aumentando de tamaño hasta crear un planeta nuevo; ese que te digo.

    En realidad tiene mucho sentido que sea así, porque con la fusión de pequeñas cosas en otras más grandes, se compensa la dispersión del universo, que como ya sabrás por tu padre, está en continua expansión

    Qué…no me mires así, te juro que es completamente cierto.

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  8. Certeza

    En la más absoluta contraposición con el engaño, la certeza sólo puede adquirse mediante la valentía, o si preferís, mediante la honestidad radical. Sólo un profundo autoconocimiento y una sincera aceptación de las propias debilidades pueden proporcionar la fuerza asertiva suficiente para albergar este sentimiento. Por tanto, a ese respecto, tenemos las manos atadas. Sólo podemos tener certeza de pocas cosas, de aquellas figuras tan especiales que encajan con nuestra estructura más íntima. Es por eso que es tan rara. No basta con una buena preparación o predisposición, la certeza necesita de la suerte, de que uno llegue a encontrarse por la vida con alguna de estas piezas especiales. La certeza no abunda en el mundo (nunca lo ha hecho). A menudo se la tacha de dogma o se la confunde con la verdad. Nada que ver. Un dogma vence a la duda porque no admite preguntas. La certeza (si lo es) se siente cómoda en la discusión, tiene la capacidad de generar respuestas en cualquier exámen y proporciona tranquilidad frente al abismo del desconociemiento. Tampoco debemos confundir verdad y certeza. Viven en continentes separados, el interior y el exterior del ser humano. Mientras que la verdad es un concepto abstracto, la certeza es una emoción, y de ahí su importancia. Uno no siente las verdades, sólo llega a ellas mediante fríos e inevitables razonamientos. La certeza es cálida, y por supuesto, evitable. Millones de personas cerrarán sus vidas sin saborearla si quiera. Esa carencia se percibe en sus ojos inquietos, en sus gestos torpes y en sus discursos cobardes. Y en cambio, la certeza se trasluce en serenidad del rostro, se percibe como belleza. Como una mujer que abre su paraguas para mojarse bajo la lluvia, como vosotros dos. Todos pudimos percibir ese halo de certeza que os envolvía en vuestra boda. Certeza sobre vuestro futuro, certeza sobre vuestra casa, certeza sobre vuestra hija. Con palabras humildes y sentidas nos contasteis qué sois el uno para el otro. Y a todos los que estábamos allí nos salpicó un poquito. Pudimos así probar unas gotas de vuestro chaparrón de palabras, de aquella inundación de certeza. Una gota es poco, pero suficiente para descubrir lo que uno quiere.

    Desde entonces, siempre que llueve, cierro mi paraguas.

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  9. Érase una vez.... Que no, que no es un cuento. Que te lo cuento como lo vi. No te miento. Yo también pensaba que era una leyenda, un engaño. Pero lo vi con mis propios ojos. Y apenas pude mantenerme serena ante tal espectáculo. No, no había fuegos artificiales, pero no creo que nadie los hubiera notado. ¿Música? Sí, había música. Espera, que te lo contaré desde el principio.   Todavía no sé cómo conseguí colarme en el recinto. De repente me vi allí, sumergida en un día claro, luminoso, no podía ser de otra manera. Había algo en el ambiente... como si hubiéramos traspasado alguna frontera entre dos mundos. Poco a poco fue llegando la gente, que se contagiaba, inevitablemente, de lo que los jóvenes llamaríais "buen rollo". Y allí los vi. De verdad, no te engaño. Él, nombre de héroe, ella, nombre de diosa. Eran ellos sí. Y de ellos emanaba esa magia.   Nos saludaban afectuosamente, uno a uno, a todos los presentes. Si estaban nerviosos no nos lo hicieron ver. Pero pocos no les preguntaron acerca de tal sentir. ¿Que por qué iban a estar nerviosos? Pues por la ceremonia que estaba a punto de acaecer, de la que eran los protagonistas absolutos, y de la que apenas el final conocían.   En un despliegue de cariño y dotes artísticas, familiares y amigos fueron llevándoles sus ofrendas. La ceremonia fue grandiosa y graciosa. Hubo desde malabares hasta peces bailarines, desde teatro hasta padres cantarines. Los asistentes se dejaron las manos coloradas de aplaudir. Más de uno no pudo retener la lagrimilla, cuando al fin leyeron los emocionantes votos de tan mitológico enlace, tal era el amor que se profesaban. Después abrazos, enhorabuenas, buena comida, bebida y baile.   Sin embargo, en todo cuento hay un villano, y aquí el sol, encendido de envidia ante tan magnifica celebración, se fue retirando poco a poco. Antes de llegar a sus aposentos mandó llamar al frío de la sierra. Éste acudió, primero tímido, luego feroz. Obligando a tiritar a las damas de ligeros vestidos, y a enfundarse ropajes más adecuados.   Subestimó, en cualquier caso, el sol al calor humano que allí se desprendía. Y algunos tardaron en hacerse eco de las gélidas temperaturas. Tal vez por la graduación de alcohol contenida en su sangre, tal vez por la danza que sus cuerpos agitaba, o quizá fuera la hipnosis inducida por el son de la guitarra. No imaginó el sol, que las mujeres encintas tanto aguantaran. Y entre estas mujeres, nuestra protagonista se halla. Pudiera decirse que fruto de tal amor, la niña desde la tripa ayudara. Y así se mudó la fiesta a cubierto, que acabó a altas horas de la madrugada.   El sol finalmente se rindió, volviendo a salir de mañana. Aunque bien pudiera ser su venganza la resaca que muchos llevaban. Pero la pareja no desistió, tenía un arma guardada, un delicioso desayuno repartió incluso a los que aún bostezaban.   Y así fue, amigos míos, tal como os lo cuento. No me lo invento. Que fui testigo, y ¡qué privilegio!, de cómo la diosa y el héroe sellaron su enlace venciendo a los mismísimos elementos.

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  10. Bear Lake al anochecer. Sonido de barcos en el puerto y calma de verano en las casas de las laderas. En las aguas tranquilas se reflejan las luces y el último resplandor del sol ya oculto.
    La profunda tristeza del desengaño atraviesa el aire templado como una ráfaga sobre el asfalto. Aquí en el coche. A mi lado. Entre los acogedores hogares del lago. Tractores dormidos y cálida brisa en los campos y las gentes ocupadas en sus engaños.
    Unas adolescentes ocupan su tiempo de confusión y cambios en pasear su ingenuidad en bici. Van al Food Mart más cercano a comprar helados y refrescos innecesarios. Pedaleando se esfuma el tiempo que pronto aprenderán a añorar.
    A mi alrededor el engaño. Y también la belleza de algunos momentos que me guardo para mí. Pero ahora percibo mucho dolor. Por el engaño. Ese en el cual casi todos nos vemos envueltos de mil maneras distintas y no sabemos escapar. Y es entonces cuando me acuerdo de mis amigos H y D, que hace muy poco nos hicieron llorar a todos, pero de felicidad. Y no había engaño.
    Y sonrío, atravesando la cálida noche junto a la costa del Bear Lake. El Lago Oso. No podía ser en otro lugar…

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  11. Se hallaba Zeus en el monte Olimpo, acariciándose la barba pensativo, cuando en el estanque del centro del peristilo se empezó a reflejar una imagen del mundo de los mortales.

    Al acercarse, enarcó una ceja y se reclinó en su solium mientras negaba profusamente con la cabeza. Lanzó uno de sus rayos al cielo con la intención de llamar a consejo a todos los "primeros".

    ¡Maldita sea!, exclamó furioso, ¿se puede saber dónde anda todo el mundo?

    No te enfades esposo, están cada uno a sus labores. Hera aparece envuelta por una sonrisa amable. ¿Qué es lo que os tiene tan enfadado querido?. ¿Acaso las ninfas ya no os reciben con los "brazos' abiertos como de costumbre?.

    ¡No seas tan sarcástica!. Son estos humanos, ya están otra vez con la historia de andarnos remedando. ¡Qué falta de respeto!. No les vale con las películas, las novelas y los casinos horteras. Ahora además este grupo de mortales no para de imitarnos en cualquier ocasión, primero una despedida de soltera, y ahora ¡una boda!.

    ¡Menudo fiestón se están montando esta gente papá!. Zeus mira como Dionisio entra con su cara de zote embriagado. Perdona padre, pero es que estaba en los preparativos de los cierres de Ibiza, y el ensayo se me ha ido de las manos.

    ¡Lo mismo me da Dionisio! Dijo Zeus. Busco un castigo para estos mortales. Pero a ti, todo acto donde la gente acabe como una cuba te parece grato.

    Hombre padre, ¡mira que cantidad de botellas! Seguro que a alguno la cogorza le sienta fatal. De hecho son muchas horas bebiendo al sol.

    ¡Qué cojones está ocurriendo Padre!, ¡mira, si ya está aquí mi hermano bastardo!. Zeus ahora sonríe, Ares es expeditivo en sus palabras, pero también en sus maneras. Hijo mío. ¡Estos mortales nos imitan sin pudor, hemos de castigarlos!

    Ares mira la imagen de la fuente. ¡Al de la camisa rosa le puedo!,- carcajada socarrona -, y al resto también. Veo que la liga de fútbol está en juego, - se frota las manos -, puedo mandar un autobús de holigans del frente atlético y ¡que se arme la gorda!

    Tu siempre arreglando las cosas a mamporros, qué poco tacto hermano. Artemisa se presenta acariciándose el cabello y jugando con uno de sus tirabuzones. Padre, como sabéis, entre uno de mis encargos está el de traer a los niños a este mundo. Dame la orden y pondré una luna llena en el cielo tan grande que alguna de las presentes se pondrá de parto y ¡se acabó la fiesta!.

    Pero, ¿qué hacéis?. El olor a agua de rosas anunciaba su presencia. Afrodita, seria y con casi lágrimas en los ojos mira a todos, uno a uno.
    ¿Cómo pretendéis castigarlos?, ¿cómo osas, sobre todo tú, padre, en castigar a estos humanos cuando su único error es que se aman?, ¿qué quieren compartirlo con los demás?

    Pero nos humillan Afrodita, replica Zeús.
    Dime padre- se adelanta Afrodita- ¿cuántas veces te has disfrazado por amor? ¿Te lo tengo que recordar?, ¿te suenan de algo el cisne, el toro o la lluvia dorada?

    ¡¿Lluvia dorada?! se queda perplejo Dionisio.

    ¡Calla zopenco!, ruge Zeus. Tu hermana Afrodita tiene razón. Esos escritos de amor que se han profesado son suficientes para mi. Lo dejaremos estar por hoy.

    Cuando todos se retiran, Hera mira a la fiesta de enlace con el ceño fruncido. Hablará con Eolo para que enfríe los ánimos después del atardecer, entre tanta manga corta y vestido veraniego eso hará estragos. No es que quiera castigarlos por disfrazarse, pero no le ha gustado nada como su marido ha mirado a la esbelta hembra humana.

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  12. Me recoloqué coincidiendo con el pedacito de chocolate que se acababa de comer mamá. Al instante escuché cómo le preguntaba papá a mamá, “¿se está moviendo?” y noté cariñosos masajes a través de la barriga de mamá.
    Mamá le dice a papá que aún tengo que crecer y engordar, pero que ya tengo muchas cosas formadas, como no-sé-qué-sistema nervioso central. Jaja, si ellos supieran que me entero de mucho más de lo que creen. Lo que pasa es que luego lo mismo se me olvida con el “parto”. Mamá va a clases de preparación a eso del parto. Yo no me entero muy bien de eso, ¿qué va a pasar no sé qué cosa con la oxitocina y voy a ir adónde? Con lo a gusto que estoy a gusto aquí.
    Parecen simpáticos y agradables. Tengo ya ganas de conocerles, pero insisto, de momento estoy muy cómoda aquí. Qué maravilla que llegue la comida a través del cordoncito éste. Sólo tengo dos estados, ataques de vagancia, que me da por dormir, y ataques de curiosidad, durante los que me pongo a escuchar qué pasa alrededor. Hace unas semanas me llevaron a un sitio muy bonito, y comimos y bailamos mucho, y todos se referían a mí de un modo cariñoso. La gente decía cosas interesantes de papá y mamá, como que llevan mucho tiempo juntos, desde muy jóvenes, y se quieren mucho. Ellos también se dijeron cosas muy bonitas. Me quedo pensativa, ¿yo sentiré lo mismo alguna vez por un chico? Papá y mamá a veces se besan con lengua, ¿yo haré eso alguna vez con un chico? Frunzo el ceño (¿tengo “ceño” ya?, si es que tengo que estar más atenta en lo de preparación al parto).
    Ese día la familia y algunos amigos de papá y papá cantaron e hicieron obras de teatro para ellos. Yo notaba cómo mamá se emocionaba mucho con ello. Mamá controla un montón de teatro y papá toca el violín. Yo sólo podía pensar, “qué gente tan artista”. Yo no sé muy bien si eso va en los genes, cruzo los dedos (¿tengo dedos ya?) para haber pillado los genes adecuados y ser así de artista. Conforme fue avanzando la ceremonia cada vez me hablaban de un modo más cariñoso y alto, que no estoy sorda, dice mamá que ya tengo formado el sistema auditivo. Huy, que achuchones a mamá, ¡¡¡que me apretujáis!!!
    Los amigos y familia les quieren un montón. Papá y mamá deben de ser muy fieles a su gente. Me los imagino cuando oigo que la gente les cuenta sus cosas. Me imagino que los dos se quedan con los ojos muy abiertos, noto que el corazón de mamá se ralentiza, imagino que el de papá hará igual. Ojalá salga a ellos en esto también.
    Lo que me tiene muy intrigada es “Miguelito”. ¿Será que tengo un hermanito? Por mucho que pongo la oreja, no me acabo de enterar. ¿Será un perrito? El día ése de la ceremonia también hubo alusiones a él como un “corsario”. Me estremezco. ¿Qué será? ¿Me dará miedo?
    Otra cosa que me llama la atención es que estos días han estado preparando “el nido”. ¿Nos vamos a mudar de esta casa a un nido? Resulta que les ha dado por pintar y cambiar la casa. Piensan todo el rato en las cosas que necesitaré. ¡Si es que son súper detallistas, ya os lo he dicho! Espero que no le dén muchas vueltas a qué cochecito comprar, lo que más me va a gustar es estar en sus brazos, jeje. Cualquier cosa estará bien. Qué ganas de verles. Pero… que la oxitocina llegue cuando tenga que llegar. De momento nos vamos a yoga para embarazadas 

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